Me cuentan y leo que cada vez es más complicado educar a nuestros chicos. Les cuesta respetar las opiniones de los demás, ni piensan que hay que esforzarse para ser. Sin embargo, cuando lo contrasto con otros, la opinión no es unánime. Y yo me digo, ¿no será consecuencia también de cómo educamos...?. Los chicos, generalmente, responden de la manera que ven que se hace, copian la forma de ser de los que tienen la responsabilidad de enseñar.
Es como el profesor de autoescuela que nos enseñó a circular. Si aquel buen señor no hubiera respetado las señales cuando nos tutelaba nuestras prácticas o nos recomendara atropellar a la gente, en primer lugar no tendríamos el carnet de conducir y en segundo lugar seríamos un peligro público que habría acabado en la cárcel.
En la EACS hemos puesto en marcha actividades formativas que se orientan hacia aquellos matices que los padres deben saber y es bueno recordar o actualizar. Impartidas por profesionales del conocimiento del niño y adolescente acercan aquellas sensibilidades de quien se está construyendo.
Nos preocupa mucho el ciudadano del futuro pero también el adulto del hoy. Tener hijos supone responsabilizarse de ellos, hablar de sus inquietudes desde la experiencia del que ha pasado antes por su edad, y sobre todo hacerles ver que se les quiere y están protegidos.