ID: 051012 |
||
Título: | INFORMATIZACIÓN CONSULTA |
Procedencia: Murcia |
Pregunta: | Recientemente nuestro Servicio de Salud ha informatizado mi consulta. Nos ha dado cursos de formación pero por razones de edad y ubicación generacional no me adapto al uso de dicho ordenador. Soy consciente de que mi concentración ha disminuido y tengo la sensación de que atiendo más a “la máquina” que a mis pacientes. Independientemente de las consideraciones y exigencias de la empresa con respecto a mis medios de trabajo ¿Puedo oponerme a utilizar este instrumento por cuestiones de buena praxis? |
|
Respuesta | Esta cuestión se va planteando cada vez con más frecuencia, a medida que avanza la informatización de los centros de salud puesto que, como usted bien dice, la concentración debe dividirse entre “la máquina” y el paciente. En las guías de buena práctica clínica no se encuentra una respuesta a este problema y, hasta ahora, no se ha establecido que pueda rechazarse el uso del ordenador para atender mejor la consulta. Por otra parte no sería realista negarse a aceptar la informatización, porque no es algo del futuro sino del presente. Una vez dada esta respuesta (poco satisfactoria, supongo) paso a realizar algunas consideraciones en las que incluyo mi experiencia de haber pasado (y seguir pasando) por esa situación. Se pueden establecer unos puntos básicos para continuar prestando una buena atención: A usted, por ser un buen médico, le preocupa atender a los pacientes con la necesaria concentración; pues bien, cualquier innovación en el ámbito de la consulta lleva a dedicar un esfuerzo a su puesta en marcha que, lógicamente y de forma temporal, se deduce del tiempo dedicado a los pacientes. Ellos lo comprenden (generalmente) y se les puede hacer partícipe de los esfuerzos por mejorar su atención. Porque ésta es la clave de la informatización: aceptarla para mejorar la calidad de la atención médica. En muchas ocasiones se viven los cambios como algo impuesto desde fuera cuando, en realidad, pueden ayudar a mejorar la forma de trabajar. El programa informático de Atención Primaria (que varía en distintas Comunidades Autónomas) puede ser aprendido a cualquier edad si es bien explicado y se le dedica tiempo para ponerlo en práctica. Es probable que, en su caso, a pesar de haber recibido cursos de formación hayan fallado alguna de estas dos condiciones. Como es bien sabido, para enseñar es conveniente transmitir conocimientos, habilidades y actitudes: - En cuanto a lo primero, éste es un aspecto que deberán replantearse los Servicios de Salud si quieren conseguir algún día los objetivos para los que se ha puesto en marcha este procedimiento. Algunos programas parecen diseñados para satisfacer a los virtuosos de la Informática más que a los clínicos de a pie, pues con sus múltiples posibilidades complican la visita del paciente, ya que precisan una atención casi constante. Por otra parte, sería deseable que los profesores que imparten los cursos tuvieran verdadera capacidad docente, y no fueran simplemente técnicos. - Respecto a las habilidades, se adquieren fundamentalmente con la práctica (tutelada), por lo que sería aconsejable solicitar que nombren a un profesional de referencia en el centro de salud para consultarle sus dudas mientras va adquiriendo experiencia. Otro aspecto importante es que tenga algo de tiempo para practicar sin desesperarse, por lo que no parece adecuado empezar en la época de mayor demanda asistencial. - Con relación a su actitud, probablemente debería usted reintentarlo, puesto que podría llegar a encontrarse insatisfecho de sí mismo, además de quedar desfasado respecto a sus compañeros. Indudablemente va a dedicar más tiempo a cada paciente hasta que domine el sistema, por lo que puede ponerlo en práctica de forma gradual; por ejemplo, en pacientes nuevos o programados, para llegar en un plazo más o menos breve a pasar toda la consulta con ordenador. Tampoco hay inconveniente en combinarlo con la historia clínica en papel durante el tiempo que sea necesario, o escribir manualmente las solicitudes de interconsulta y de pruebas complementarias hasta que se descubren las ventajas de la máquina para el papeleo, que realmente las tiene. Resumiendo la respuesta a su pregunta: en la práctica podría oponerse a incorporar esta herramienta de trabajo pero, en principio, no parece justificable por consideraciones éticas (la argumentación sería diferente si los motivos estuvieran en relación con problemas de confidencialidad). Quizás lo más razonable sea incorporar el ordenador poco a poco a su ritmo de trabajo. Ya verá cómo en un tiempo no muy largo lo llega a echar en falta cuando se cuelgue la red ...
|
|
Autora: Mª Nieves Martín Espíldora |
||
|
||
Pregunta publicada en 7 Días Médicos, 2002 |
||