CORAZ�N DE ATLETA y MIOCARDIOPAT�A HIPERTR�FICA.
Existen una serie de alteraciones cardiol�gicas que sufren los atletas de �lite por la excesiva pr�ctica de ejercicio: aumento de su tama�o, reducci�n de la frecuencia card�aca, dilataci�n de sus cavidades y alteraciones electrocardiog�ficas evidentes. A toda �sto se le denomina "coraz�n de atleta".
Estos hechos confunden al cl�nico, pudi�ndole hacer sospechar que el deportista sufre una miocardiopat�a hipertr�fica, puesto que es la principal causa de muerte s�bita entre deportistas menores de 35 a�os, seguida de la anomal�a de las arterias coronarias o el traumatismo tor�cico.
Seg�n Jos� �ngel Cabrera, Jefe de Servicio de Cardiolog�a del Hospital Quir�n en Madrid, quien en compa��a de otros m�dicos han efectuado un estudio en jugadores de f�tbol profesional, de cada 200.000 atletas, 1.000 padecen miocardiopat�a hipertr�fica; de �stos, 10 sufren un alto grado de riesgo por muerte s�bita, siendo la edad m�s peligrosa de sufrirla, los 19 a�os. En el estudio referido anteriormente se efectuaron an�lisis sangu�neos, electrocardiogramas, pruebas de esfuerzo, tests gen�ticos para descartar miocardiopat�a hipertr�fica y resonancia magn�tica. El f�tbol, seg�n comenta el especialista, es el deporte con mayor riesgo por incrementar mucho la musculatura card�aca. Entre los resultados publicados, un 56,7% mostraban electrocardiogramas anormales. A �stos se les efectuaron cardiorresonancias que demostraron la posibilidad de patolog�a estructural. Los tests gen�ticos que estudiaron los diferentes polimorfismos de susceptibilidad en un 17% (en los genes MYH7 , exones 30-40; MYBPC3, exones 1 a 34; ACTC1, exones 2-79; PKP2DSP y DSG2 ligados a la displasia arritmog�nica). Tambi�n se comprobaron mutaciones especialmente malignas, como los defectos en la troponina T y la Proteina C.
Un reconocimiento con H� Familiar, electrocardiograma y ecocardiograma aproxima al cardi�logo a un diagn�stico de miocardiopat�a hipertr�fica, pero la certeza diagn�stica solo se puede conseguir en estos momentos con el estudio gen�tico. El elevado precio de estas pruebas evita que se puedan efectuar de forma rutinaria, sin embargo, es de esperar que pronto sean de mayor dominio por los m�dicos, en beneficio de todos.